Una de las decisiones más importantes que podemos tomar en nuestras vidas es la compra de una vivienda propia. Este proceso, que al principio puede parecer bastante engorroso, no tiene porque convertirse en una fuente de estrés, sino todo lo contrario, un camino que se puede recorrer en compañía de profesionales para escoger el inmueble ideal que se adapte a tus necesidades.
Analiza tu situación financiera
Adquirir un inmueble en la mayoría de los casos es una de las inversiones más importantes que una persona puede realizar durante toda su vida, por lo que es una decisión que no debe ser tomada a la ligera, y en gran medida el éxito que se alcance estará determinado por la correcta toma de decisiones.
La base de cada inversión está fijada en las finanzas personales, es importante establecer los indicadores que determinen si es el momento apropiado para comprar un inmueble.
Debes fijar que menos del 30% de tus ingresos mensuales sean determinados para el pago de deudas, y que el dinero recibido no te limite solamente a solventar los gastos básicos como vivienda, servicios públicos y arriendo, sino que te permitan ahorrar una parte y seguir brindándote gustos ocasionales.
Otro enfoque importante es evaluar tu salud financiera, estructurar tus obligaciones de pago para que no estén desatendidas o vencidas, y evitar reportes de riesgos.
Toma en cuenta que al comprar un inmueble en proceso de desarrollo es probable que durante un plazo de tiempo debas generar pagos simultáneos y aportes mensuales a la cuota inicial del inmueble nuevo, debes estructurar considerablemente tus finanzas para dar el paso, a menos que compres un inmueble de entrega inmediata, que sería un desembolso único.
Crea un plan de pago y llega a un acuerdo con el desarrollador
Por lo general los inmuebles en proceso de construcción se pagan en una proporción de 30% inicial y 70% en pagos fraccionados o cuotas mensuales hasta la entrega del inmueble. El 30% representa la cuota de separación y oscilaría el 1% a 3% del precio total del inmueble, es importante recalcar que estos pagos deben ser cancelados con recursos propios, en un lapso comprendido desde el acuerdo de compra hasta la entrega de la vivienda, todo dependerá de las fases de entrega, regularmente son 40 meses de desarrollo.
Con respecto al 70% restante es validado como porcentaje de financiación, que estará cubierto por un préstamo de una entidad financiera, en forma de un crédito hipotecario, en este sentido es ideal implementarlo cuando el inmueble es nuevo.
Lo correcto es llegar a un acuerdo con el desarrollo o el gestor de ventas para establecer como será el proceso correspondiente a las fases de desembolso, y de ahí determinar un plan de pago. Actualmente es viable negociar para que se estructure una forma personalizada de cumplir con el valor total de la compra en un plazo establecido.
Acabados, Mobiliario y Gastos Adicionales
Es común que al invertir en un inmueble nuevo los desarrolladores gestionen la entrega en obra negra o gris, lo que significa que debes considerar la instalación de los acabados como una inversión adicional una vez el inmueble sea entregado. Es sumamente importante tomar este aspecto en cuenta para que no te tome por sorpresa, lo recomendable es que mientras realizas tus pagos de cuota inicial de forma paralela ahorres el dinero que necesites para personalizar la vivienda.
Simultáneamente es importante que evalúes el mobiliario, lo común es que desees invertir en objetivos nuevos como sofás, camas, sillas, etc. Esto representa otro pago que no esta incluido en el pago inicia de la vivienda.
Lo ideal es invertir en proyectos que incluyan todos estos requerimientos, con entrega con los acabados listos, incluso hasta con los mobiliarios incluido, y aunque el valor de la vivienda pueda ser un poco más alto, te evitas procesos engorros.